unicornios magicos

el unicornio en la biblia

Cuando en el siglo III a. de C. un grupo de traductores alejandrinos trasladó el Antiguo Testamento al griego (adaptación conocida como la Biblia de los setenta) observaron que los profetas hebreos mencionaban con cierto temor reverencial a un animal denominado Re’em.

No pudieron identificarlo, aunque se especificaba que era feroz, rápido y astado, por lo que finalmente resolvieron su confusión acuñando el término Monokeros.

Los traductores posteriores de la Biblia, seguidores de la versión de los Setenta, tradujeron monóceros a sus respectivas lenguas: la Vulgata dice unicornus, de donde deriva el castellano unicornio; la Biblia Francesa, licorne, que dio lugar a la voz catalana alicorn y la italiana licorno. Por último, Martín Lutero escribió Eibhorn, es decir, “con un único cuerno”.

A esta poderosa influencia se unió la importancia adquirida durante la Edad Media de un curioso libro, redactado hacia el 200 a. de C., que prontamente se introdujo en ambientes cristianos. Conocido como Physiologus o Fisiólogo Griego, es el origen de todos los bestiarios medievales, y contribuyó a fijar en la mentalidad popular dos características que distinguirían ya para siempre al unicornio: su ambigua relación con las virginales doncellas y el maravilloso poder curativo de su cuerno.

Si bien es cierto que estas peculiaridades venían de lejos –Ctesias mencionaba las virtudes curativas del asta y Carl Gustav Jung demostró que su sometimiento a una virgen figuraba ya en las epopeyas hindúes del Ramayana y el Mahabharata-, no lo es menos que, gracias a la mitología cristiana, adquirieron carta de naturaleza simbólica.

La sorprendente relación entre la virgen y el unicornio alcanzó una enrevesada complejidad simbólica dado que, desde los primeros Padres de la Iglesia, la criatura unicorne había simbolizado a Cristo.

Se produjo entonces un paralelismo que no hizo sin aumentar esta ambigüedad que rondaba siempre en torno a nuestro fantástico animal, ya que si el unicornio era Cristo, la virgen no era sino María, y su doble papel de madre del Salvador y traidora del unicornio era, cuando menos, turbadora.

Con analogías así, el cristianismo enriqueció admirablemente la vieja leyenda al introducir conceptos esenciales y antagónicos como la pureza, la sensualidad, el poder mágico, la fuerza, el sufrimiento y la muerte.

Fuente: Mitos y Leyendas

Unicornio y princesa

Unicornio y princesa